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sábado, 9 de julio de 2011

Mary Y John (Segunda Parte)

- ¿Aceptas por esposo a Jason King para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe? - Dijó el cura como siempre lo hacía en las bodas. Esas mismas palabras le hicieron temblar el cuerpo a Mary. Lo único que se le veía en la mente era John. Antes de contestar levanto la mirada en busca de él. Su corazón se aceleró al notar la ausencia del hombre con traje gris platinado entre los invitados. Necesitaba salir de ese lugar, correr a buscarlo y besarlo como nunca, pero antes tenía que responder una última pregunta. 
- Jason, lo siento mucho - Exclamó entre lágrimas - No puedo hacerlo, no puedo casarme sintiendo lo que  siento por otro. Eres un gran hombre y cualquier mujer te amaría como esposo, pero yo no puedo casarme contigo, lo siento jason. - Le dice mientras lo despide con un beso en la mejilla. No podía creer que lo dijo, el cuerpo le temblaba demaciado y los ojos estaban llenos de lágrimas, pero ella se sentía felíz finalmente. Después de meses de infelicidad junto a su ex prometido Mary se sentía finalmente libre. Dejó todo atras, docenas de invitados, un novio, una futura vida planeada, todo, por John. Su gran amor, su único amor. 
Afuera las calles eran decoradas con los rayos de un sol brillante de verano. Ni una nube obstruia el cielo que parecía pintado. Mary se sentía una completa loca corriendo con un vestido de novia, pero no le importaba nada más quería irse de ahí. No sabía a donde estaba John, eso la aterraba , no quería estar sola, necesitaba de él. LLegó a una parada de autobus, era la que usaba siempre para ir a la casa de John. Su departamente quedaba en dirección totalmente distinta, pero algo la hizó subir igual. - Que hermosa novia - Dijó una voz muy familiar a Mary. Ella lo reconoció enseguida, era sin dudas John. Ninguna voz la hacía temblar asi como si nada. Casi como un reflejo, lo beso con locura. El autobus se encontraba vacio, sólo ellos se encontraban. El conductor al notarlo no pudo no pregunta si se habían casado recientemente. Entre risas por la pregunta la pareja respondió : "No, recien empezamos".

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