Emma y Tim trabajaban juntos en el café desde hacía años. El siempre le tuvo un gran afecto a ella desde que entro en el negocio. Casi se podría decir que eran hermanos o hasta pareja. Aunque ella era una de esas personas cerradas al amor. Desconfiada de los hombres siempre tuvo miedo de enamorarse de un hombre como su padre y sufrir lo que su madre había padecido durante años. Así fue rechazando a cada pretendiente que se le acercaba. Si hay algo que este pequeño pueblo sabia era que la hija adoptiva de Emily no aceptaba a ningún hombre.
- Emma, despierta llegamos. ¿En qué te quedaste pensando? - Dijo Tim mientras abría la puerta del auto para que su acompañante baje sin esfuerzo.
- Lo siento Tim, estoy de mal humor, un animal me robó el lugar en la fila del colectivo y por eso estaba caminando hasta el trabajo cuando me encontraste. - Dijo totalmente enojada con la imagen mental que tenia de aquel hombre. Si algo la caracterizaba además de su voz y su belleza llamativa era sin dudas su mal genio.Y ahora ese hombre iba a ser testigo de eso.
-¡ Es ese ! - Gritó Emma, mientras entraba al café con su amigo. - Ahora si me va a escuchar ... - Exclamó para si misma en voz alta.
- Pobre hombre - Lamentó Tim.
Entre cafés una historia comienza. |
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