Páginas

miércoles, 29 de junio de 2011

Fotografía.

Ir al parque a tomar fotografías era el pasatiempo de Anne, o tal vez hasta una obsesión que tenía. Siempre iba luego de su trabajo con una cámara profesional, el pelo recogido y algo para comer. Desde que su abuela le regalo para su cumpleaños número 10 un libro de fotografías el interés de Anne por la cámara se incrementó más y más. Ella consideraba una forma de hallar la belleza en cosas que generalmente la gente no ve o de revivir momentos una y otra vez.  
Ese día Anne decidió ir a un parque diferente, sólo por diversión. Era un día soleado, realmente hermoso, digno de una pintura o en este caso una fotografía. Comenzó con su tarea de siempre. Fotografiar. Encontró unos ángulos realmente profesionales, utilizaba bien las luces del sol  y tenía buen ojo para encontrar paisajes que a simple vista pasan desapercibidos. Pero había algo que no alcanzaba a ver, un hombre. Él al contrario la observaba muy bien, le era imposible apartar la mirada de ella. Su pasión por la cámara lo conquistaba totalmente. Anne se percató de su admirador a lo lejos, y como un juego de niños empezó a fotografiarlo mientras el se movía entre los árboles del parque. Entre fotografías y risas, sus miradas se iban encontrando cada vez más cerca. Hasta que Anne lo pierde de vista, el foco de la cámara tampoco lo encontraba. Desesperada por volver a fotografiarlo se empezó a mover con su cámara en mano, mirando a travez de ella. Miró con determinación cada rincón del parque, hasta que una voz la distrajo de su trabajo. Era la voz de un hombre. - ¿Me buscabas? - Le dijo suavemente al oído mientras bajaba su cámara de su cara para poder besarla.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario